“Se volvió a pegar el papel. Ahora van a ser tres horas de estar quitando los pedacitos. Genial. Uno, dos… Ay, esto parece costra mojada. ¿Porqué siempre se mojan? ¿Será el jitomate? Le puse cebolla, lechuga, pollo, mostaza, un poco de hummus -podría ser el hummus- y el jitomate. Ha de ser el jito-¡Las rajas! Con razón, todo ese vinagre. Ya. A ver…

(ñam, ñam, ñam)

Cuánta cosa no estaremos respirando. Pónganles pasto,, carajo, y cuídenlo. Les gusta correr, es natural. Ni modo regañarlos por ser lo que son, pero si les van a poner un espacio en el parque, que sea con pastito y no pura-¡Putísima madre! (tos-tos) ¡No! Mi sándwich. Osh.

Hola, chiquito. No tengas miedo. ¿Quieres? No tiene nada, solo está cubierto de tierra llena de… ¿No quieres? ¡Eso! Precioso… ¿Porqué le dije que lo amaba? Osea, ¿quién hace eso? Nos hemos visto cinco veces. ¡Cinco! Eso no es-¿Más, bebé? Vas, chíngatelo. No mames, Raquel. Está bien sentir cosas, pero no la chingues. Modérate, mija.

No, no gracias. ¿A cómo están? No, disculpe, no traigo.

¿Cuántos años tendrá? Es una lástima. Una pinche desgracia. Los niños deberían estar en la escuela, no… Y todos lo sabemos y nadie hace nada al respecto. Madres… ¿Es niños o niñes? Ay, ya ni sé. No sé nada. Te amo… ¡Te amo! Él dijo, ‘Te quiero,’ y yo iba a decir, ‘Te quiero,’ pero… ¡Te amo! Me sentí como un venado a media carretera viendo los faros blancos del primer y último coche que vería en su vida. Así mueren los venados. Así muere la gente: con un ‘Te amo’.

¡Un colibrí! Qué chulada; verde, morado, azul y ¿gris? Un colibrí gris, ¿quién lo diría? ¿¡Quién lo diría!? ¿Cómo chingados…? Te amo. Yo no sabía qué pedo y el muy maldito ya me había girado y acercado con sus brazos, me besaba y resondido’Te amo.’ Con esa puta sonrisa de pulcata. ¡Y se fue! Dijo, ‘Te amo,’ y se largó. Ruta 64: Vértiz-División del Norte-FOVISSTE.

(tintín-tintín)

¿’Ora qué? Méndez, pediatría. Será la mamá de nuevo. ¿Susana? ‘Sí, señora. Entiendo, señora, entiendo, pero déjeme hacer mi trabajo, por favor.’ Va, pues. Ni comer pude. Mañana sin rajas, a ver qué tal…”


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